La niña del pañuelo
Cuando era pequeña visitaba el campo que vio nacer a mi papá. Allí tenía una centenaria amiga que vivía en una casita de madera, como de cuentos de hadas. Me encantaba visitarla para oír sus historias y la desorientada forma en que las narraba.
Una vez la encontré vistiendo un gastado pañuelo negro, y me ofrecí a cambiarlo por otro que traería de la ciudad. Luego de varios veranos sin cumplir mi promesa, logré complacer los sueños de mi anciana amiga.
Una vez la encontré vistiendo un gastado pañuelo negro, y me ofrecí a cambiarlo por otro que traería de la ciudad. Luego de varios veranos sin cumplir mi promesa, logré complacer los sueños de mi anciana amiga.
La sorprendí una tarde con una hermosa mantilla que hacía juego con sus vencidos ojos azules. Dos semanas después me enteré de su partida y de su última petición de ser sepultada con su nuevo pañuelo de la capital. Si alguna vez visitas La Otra Banda, pregunta por la leyenda de la anciana que esperó para morir a “la niña del pañuelo”.
Por Dulce Aymará Martínez / El Caribe
Publicado el Martes 5 de octubre del 2004.
Publicado el Martes 5 de octubre del 2004.